Llega un momento en la vida en el que comenzamos a pensar a nivel económico a largo plazo. Puede que el detonante sea cumplir años o tener hijos. Cualquier excusa es buena para comenzar a preocuparse por la jubilación. Y cuando esto sucede una de las principales dudas que surgen es cómo invertir para poder vivir con dignidad cuando estemos jubilados.

Los planes de pensiones privados siempre se han pintado como la alternativa principal a esta situación. Sobre todo ahora que las pensiones públicas no dejan de devaluarse. Ya se habla de una reducción del poder adquisitivo de los jubilados por lo menos en un 40 % desde 2017 y hasta el 2050.

Sin embargo muchos expertos no consideran que los planes de pensiones sean la alternativa más adecuada para poder preparar la jubilación. Existen otras alternativas de inversión que pueden resultar mucho más lucrativas si estás pensando en ahorrar para cuando seas mayor. Desde Inversiones Seguras queremos enseñarte cuáles son:

Las mejores alternativas de inversión a los planes de pensiones

La hipoteca inversa

Si eres mayor de 65 años y posees una vivienda en propiedad puede que la hipoteca inversa sea lo que estás buscando. Se trata de un préstamo de tipo hipotecario donde la entidad financiera se encarga de ofrecer una renta mensual al propietario de la vivienda. El propietario sigue siendo el dueño de la vivienda y puede disponer de ella libremente hasta su fallecimiento.

La devolución de la deuda no se puede exigir hasta que el propietario fallece. En caso de que los herederos no dispongan de capital suficiente para poder lidiar con la deuda la hipoteca pasará a convertirse en una hipoteca normal.

PPAs o Planes de Previsión Asegurados

Otra de las alternativas de inversión a los planes de pensiones son los PPAs. Funcionan de manera similar a los PIAS, como una especie de seguros de ahorro pensados para el largo plazo. Igual que sucede con los PIAS se garantiza una rentabilidad a su vencimiento por Ley, a diferencia de lo que sucede con los planes de pensiones.

Las aportaciones a los PPAs no podrán superar los 10.000 € al año para clientes con menos de 50 años. El importe subirá a los 12.500 € al año si se tienen 50 años o más. El tope que se puede aportar al año equivale al 30 % de la suma tanto de las actividades económicas como de los rendimientos de trabajo.

Son productos similares pero con ciertas diferencias. Entre las más significativas destacan las siguientes:

  • La liquidez que ofrece cada plan. En el caso de los PPAs solo podrán retirarse al momento de alcanzar la edad de jubiliación. Sin embargo con los PIAS, en caso de necesitarlo, se podrá recurrir al capital invertido en este plan a partir de los 2 años de iniciar las aportaciones.
  • La consideración de cada plan a nivel fiscal. Los PIAS tributarán por la base de ahorro si se rescatan en forma de capital. Sin embargo si se rescatan en forma de renta vitalicia no tributan. Los PPAs, sin embargo, tributan como rendimiento de trabajo. Y da igual cómo se perciba el capital llegado el caso. En este aspecto los PIAS demuestran una importante ventaja a nivel fiscal frente a los Planes de Previsión Asegurados.

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