Se habla poco de las inversiones en edificios de interés cultural; y últimamente se ha podido observar que estas edificaciones han reducido sus precios hasta un 50% y se han reconvertido, siendo usados para nuevas funciones, como por ejemplo ser las centrales de asociaciones, financieras o boutiques.

Cada una de estas construcciones tiene detrás una historia muy interesante, sin embargo ahora mismo están empezando a escribir nuevas páginas en su existencia, todo a raíz de esta transformación.

Inversiones en edificios de interés cultural

Se están efectuando inversiones en edificios de interés cultural debido a la bajada de precios que han sufrido, también debemos tener en cuenta que la declaración de bienes de interés cultural no ha supuesto un freno en cuanto a las características que tienen estos bienes en el mercado inmobiliario, aunque sí que ha sido útil para reconocer su estatus cultural, artístico e histórico.

Numerosos expertos afirman que se ha producido una reducción de los precios de estas construcciones en torno al 20% o el 50%, esto ha supuesto la atracción de algunos inversores privados y de fortunas extranjeras. Las cuales se encuentran en Latinoamérica, Rusia, Oriente Medio y Asia. La razón es sencilla, ven en este tipo de edificios una inversión segura, aunque ello no supone una rentabilidad alta. Es preciso tener presente que este tipo de propiedades inmobiliarias están reguladas por leyes concretas que hacen referencia a cuestiones como la rehabilitación, además de que la renta de este tipo de propiedades se puede penalizar. Por esta razón no todos los inversores pueden sacar beneficios de estas construcciones; así es como nos lo explica Miguel Fuster que es el actual director de Inversiones Privadas y Middle Market de CBRE.

Es por ello que las inversiones en edificios de interés cultural hay que mirarlas con cierta cautela; de hecho algunas de las gestiones de compra de este tipo de propiedades inmobiliarias se producen con el objetivo de usarlas posteriormente como oficinas o para convertirlas al retail, no se busca usarlas como viviendas ni para motivos de residencia, la razón es que la sombra de la crisis ha hecho que los inversores se muevan con mayor precaución. Éstas propiedades inmobiliarias son alquiladas principalmente a empresas financieras y a boutiques, también fundaciones, como por ejemplo el edificio que vendió Bankia a Norman Foster y que tendrá como fin ser la sede de la asociación de este arquitecto. También está el caso de despachos de abogados que quieren situarse en un edificio singular en una zona emblemática y no les importa pagar un mayor precio por ello.

Valorando las inversiones en edificios de interés cultural; es difícil establecer un perfil para el tipo de comprador de estos inmuebles, puesto que la compra de estos edificios a menudo suele tener un carácter emocional y suelen ser clientes que se sienten muy ligados a la zona o la historia que rodea a estas construcciones.

También se suelen realizar inversiones en edificios de interés cultural por motivos puramente estratégicos, ponemos el ejemplo es de las sedes de ciertas empresas; motivos de tipo cultural o social, instituciones, fundaciones, etc.

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