Recurrentemente, la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) lanza avisos al conjunto de la población advirtiendo de la existencia de empresas que ofrecen servicios financieros sin tener la debida autorización para ello. La existencia de estas empresas puede suponer un grave riesgo para el inversor que caiga en sus garras, conozca que hacer para evitar ser víctima de las estafas en inversiones.
El primer aspecto a tomar en consideración es un aspecto que puede parecer de Perogrullo mencionarlo, el primer aspecto a tener en cuenta es estar alerta de aquello que pueda parecer sospechoso de estafa. Por defecto aplique la siguiente máxima: si algo parece sospechoso probablemente lo es, y siempre es mejor pecar de precavido que dejarse llevar y ser engatusado. Por supuesto, esto no significa actuar de una forma paranoica ni desconfiar por defecto, simplemente significa estar alerta de las señales de irregularidades que se puedan percibir.
Sea una persona informada. La información es poder y le evitará muchos disgustos. Conocer el funcionamiento de los mercados, aunque sea de una forma “a nivel usuario” le evitará muchos disgustos. Si además permanece alerta de los nombres y avisos que va lanzando el órgano supervisor y muchas otras recomendaciones mejor que mejor.
Lo anterior puede resultarle de mucha utilidad, pero por supuesto es muy genérico si quiere conocer detalles más concretos para evitar las estafas en inversiones siga leyendo.
Evitar las estafas en inversiones
Tal y como se decía, una buena fórmula de evitar estafas en inversiones es aplicar la máxima de que si algo parece sospechoso probablemente lo es y, en consecuencia, lo mejor es alejarse de ello. Pero, ¿Cuáles son los principales signos que deben llevar a desconfiar y pensar que nos encontramos ante un “chiringuito financiero”? Veamos.
Como se decía antiguamente “nadie ofrece duros a cuatro pesetas”, desconfíe mucho de quien le prometa gangas, rentabilidades imposibles y condiciones muy lejos de las que se ofrecen en el conjunto del mercado. Por supuesto que existen las ofertas y las buenas oportunidades, pero los milagros no existen y las promesas de grandes castillos de oro normalmente se terminan convirtiendo en grandes castillos de naipes que se hunden rápidamente.
Desconfíe también de quien se le presenta únicamente por teléfono o por Internet y rehúye por completo un encuentro presencial. Evidentemente, en la era actual los espacios físicos ya no son necesarios para llevar a cabo los negocios ni las transacciones financieras, pero una cosa es eso y otra es negarse a visitarle o recibirle con múltiples argucias y tretas.
La calidad de las presentaciones es importante, pero los folletos de “impacto” acostumbran a ser un mal síntoma en este tipo de negocios. Calidad y profesionalidad sí, estridencias no, pues acostumbran a ser un falso lujo símbolo de algo extraño detrás. Todo ello viene conjugado en muchas ocasiones con técnicas comerciales extremas y con respuestas técnicas pero vacuas a las preguntas concretas y concisas sobre el producto a contratar.
En definitiva, existen inmejorables lugares donde realizar inversiones y existen grandes profesionales dentro del ámbito de las inversiones, pero manténgase siempre alerta de la acción de estos pseudo profesionales que lo único que pueden provocarle son quebraderos de cabeza y graves pérdidas económicas.